
Mi hija Tuly:
Mi hija Gertrudis (Tuly) nacida el 2 de Octubre de 1973 en Tampico, Tamaulipas, estudió Lic. En Relaciones Internacionales en el Tec de Monterrey, tiene una Maestría en Educación, también del Tec de Monterrey y actualmente estudiando su Doctorado en Innovación Educativa, también en el Tec de Monterrey, trabaja actualmente como Maestra de Planta en el Tec de Monterrey, Campus Chiapas y está casada desde el 2003 con el Ing. Humberto Azgad Fentanes Gutiérrez-Zamora quien, junto con su Familia tienen una Compañía Constructora y se dedican a la obra civil principalmente en el ramo de vivienda popular, media y residencial; tienen además un Colegio: “La Paz De Chiapas” que proporciona educación Maternal, Zinder, Primaria y Secundaria y viven en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Detalles del nacimiento de Tuly, mi primera hija:
Tuly nació en la Ciudad de Tampico, Tamaulipas en la Beneficencia Española, el mejor Hospital de aquella época, y su nacimiento fue para mí un encuentro con mi Paternidad y un aprendizaje continuo sobre como se transforma un hogar con la llegada de una hija.
Desde que nos dieron los resultados del laboratorio donde confirmaban que efectivamente era positivo el embarazo que tanto ansiábamos, nos sentíamos sumamente dichosos y durante todo el embarazo, procuramos estar muy atentos al desarrollo del mismo con los cuidados conducentes.
En pleno embarazo, nos mudamos de un departamento a una casa de dos plantas para estar más cómodos y así estar de vecinos de los que más tarde serían padrinos de confirmación de nuestra hija Tuly: Jorge y Rebeca Villarreal, originarios de Monterrey y con quienes desarrollamos una bonita amistad.
Al termino del embarazo, mi ansiedad se manifestaba con una enorme preocupación de llegar a tiempo al hospital para no tener el “paquete” de tener el parto en casa; realmente eso me preocupaba tanto que tan pronto comenzaban las contracciones, ya quería que nos fuéramos corriendo al hospital.
Para esto, en Tampico en aquella época, se acostumbraba contratar una enfermera especializada que ayudaba al ginecólogo y atendía a la madre en sus labores previas y durante el parto; yo le encargue que cuando supiera que ya había nacido el bebé, me dijera claramente “hombre” o “mujer” para no confundirme con las palabras “niño” o “niña” ya que en aquel entonces sólo se conocía el sexo del bebé hasta que éste nacía.
Al momento de entrar Tuly a la sala de preparación, cerca de las 8:30 p.m. del día 1 de Octubre de 1973,después de haber estado desde temprana hora de la mañana en el hospital, me dispuse a descansar un rato en el cuarto; sin embargo, unos buenos amigos americanos radicados en Tampico, James Bifford y Malvina Anderson, me invitaron a su casa a brindar por el acontecimiento y, aunque mi intención era estar descansando, no me pude negar ante su amable insistencia, y además, me sirvió para relajarme un poco ya que estaba muy nervioso.
Cerca de las 10:00 de la noche, me regresé al hospital y después de hablar con la enfermera y confirmar que todo iba bien, me dispuse a descansar un poco en el cuarto, y a las pocas horas, ya del día siguiente 2 de octubre, me anunciaron que ya había nacido mi hija Tuly y que todo estaba bien pero que no iban a llegar al cuarto hasta varias horas después por lo que entonces me fui a la casa para hablar por teléfono a los Abuelos de las dos familias para anunciarles el feliz acontecimiento.
Mi primer encuentro con mi hija Tuly fue muy emotivo y sobre todo cuando el ginecólogo me pidió que la cargara, me sentí muy emocionado y nervioso a la vez, ya que sentía que si no la sujetaba fuerte se me podía caer al suelo y que si la apretaba demasiado la podía lastimar; en fin todo una gran experiencia.
En aquel entonces, teníamos un carrito Volkswagen sedán modelo 1971 que había adquirido desde soltero en la agencia, por lo que, una vez superado la prueba del nacimiento de mi primera hija, y mi experiencia de ser Papá, acudí el primer sábado después del nacimiento de mi hija, a la agencia Chrysler a comprar un flamante Dodge Dart 1973 color azul marino, dos puertas, automático y con capota de vinil blanco y se lo llevé de sorpresa a la “nueva Mamá, quién quedó gratamente sorprendida.
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