Mi hija Angela:
Mi hija Angela, nacida el 4 de Agosto de 1980, estudió Lic. En Relaciones Internacionales en el Tec de Monterrey trabaja actualmente en una Escuela de Idioma Inglés en Vancouver y vive en Vancouver, Canadá.
Detalles del nacimiento de Angela, mi tercera hija:
Angela, nació casi 5 años después de Verónica porque no estábamos seguros de si quedarnos con 2 o con 4 ya que así estaba en nuestros planes desde que ramos novios, nunca pensamos en 1. 3 o 5.
Cuando por fin nos decidimos, seguimos el procedimiento normal de las visitas mensuales al ginecólogo hasta que en el mes 8 del embarazo, un viernes para ser exacto, nos alarmó el doctor diciendo que escuchaba muy débil el corazón del bebe (que tampoco sabíamos su sexo) y pasamos un fin de semana haciendo toda clase de conjeturas por lo que finalmente supimos que se conoce como “sufrimiento fetal” por lo que nos pusimos en oración y nos encomendamos a Dios rogando que el bebé no sufriera daño alguno.
Finalmente, el lunes siguiente se programó el parto y en esta ocasión fue cesárea por ser antes de termino y no ocasionar daño al bebe y como yo anteriormente había decidido entrar a la sala de partos, el ginecólogo hasta pocos momentos antes de la hora del parto me dio permiso de entrar, y tuve que ponerme bata, pantalones y zapatos de tela y tapabocas y asearme y desinfectarme junto con los doctores y enfermeras que iban a atender el parto, de tal manera que cuando entré a la sala de partos, las enfermeras se preguntaban que quien era ese “doctor” de barba, ya que en esa época me deje por un par de años la barba completa.
Fue una experiencia indescriptible el ver el nacimiento de tu propia hija y ver como va cambiando de color a medida que va comenzando a respirar y llenar de aire sus pulmoncitos y la recibe el pediatra mientras el ginecólogo atiende a la Mamá.
Ya una vez en el cuarto, con mucho más experiencia, no batallé nada para cargar a Angela y como el nivel de hemoglobina de Tuly estaba un poco bajo, se tuvo que quedar más días en el Hospital Conchita.
Para esto, en plena estancia en el hospital, entró a Monterrey el Ciclón Allen que traía poco agua pero mucho viento y como el ojo del ciclón entró directamente a Monterrey, pudimos sentir el viento primeramente en una dirección, luego la calma al entrar el ojo del ciclón y luego finalmente el viento en otra dirección.
El Hospital Conchita tenía una planta de luz de emergencia por lo que no tuvimos problemas; sin embargo, en varios sectores de la ciudad, no había energía eléctrica, entre ellos en nuestra casa, por lo que los primeros días que llegamos a casa después de la maternidad, nos la pasamos con velas y con lámparas de mano.
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