
Abuelo Marcos en las Cataratas del Niagara
Verano de 1964; un inolvidable viaje a la Feria Mundial de Nueva York ¡ida y vuelta en autobús desde Monterrey!:
Este viaje a la Feria Mundial de Nueva York (New York) fue toda una experiencia, debido principalmente a que fue organizado para estudiantes del Tec de Monterrey y yo no lo era, por lo que fui de “colado”; sin embargo, nadie se dio cuenta de ello y ni siquiera me llegaron a hacer ninguna pregunta.
El viaje se organizó inicialmente para un autobús; sin embargo, fue tanta la demanda que se abrió la posibilidad de contratar otro autobús y afortunadamente me tocó estar en el segundo autobús, ya que de Monterrey a Laredo México se rentó un autobús foráneo y de Laredo Texas en adelante, se contrató un autobús Americano con todas las comodidades.
La primer jornada se inició de noche saliendo de Monterrey cambiando de autobús en Laredo y amanecer viajando toda la noche en Houston Texas para llegar a dormir en Atlanta Georgia.
Para la segunda jornada, nos organizamos y le dimos una propina a los choferes, ya que iban dos choferes, para que manejaran día y noche para así estar un día completo en la ciudad de Washington, que no estaba prevista visitar.
En la ciudad de Washington llegamos al amanecer y visitamos la Casa Blanca, el monumento a Washington, al cual nos subimos por su parte interior; por cierto sólo había escaleras y el calor era muy intenso y el Lincoln Memorial y al anochecer reanudamos nuestro viaje a Nueva York.
Al llegar a Nueva York, nos hospedamos en la Universidad de Nueva York y nos organizamos en grupos para estar siempre unidos para cualquier contingencia y nos dieron una serie de recomendaciones para evitar ser asaltados.
A mi me tocó estar junto con dos buenos amigos de mi edad con los que aún conservo amistad.
La Feria Mundial estuvo muy bien planeada y organizada, tanto que al concluir la Feria, las instalaciones fueron desmanteladas y forman parte de lo que hoy es Epcot Center en Orlando junto a Disney World.
A la Feria fuimos varios días seguidos, ya que se necesitaban varios días para conocerla, y al regresar en la noche hacia la Universidad de Nueva York, al bajarnos del Subway, caminábamos apresuradamente y sin voltear a ningún lado para evitar ser asaltados ya que la Universidad estaba en el barrio del Bronx.
En esa experiencia lejos de casa, sentí un nudo en la garganta cuando al visitar el Pabellón de México, escuché la canción “México lindo y Querido”.
Como estuvimos una semana completa, también tuvimos tiempo para conocer la ciudad y estuvimos en la Catedral de San Patricio, el edificio Empire State, al cual nos subimos al mirador, la Estatua de la Libertad a la que se llega en un pequeño barco y por supuesto que también nos subimos por su parte interior primero hasta la base de la corona y luego por el brazo hasta la flama de la libertad, y también conocimos Coney Island.
Después de estar una semana completa en Nueva York, nos fuimos a conocer las Cataratas del Niágara, en las cuales bajamos para hacer el recorrido en el barquito que se acerca tanto a las cataratas que parece que te van a devorar; por cierto, el precio del boleto incluye que te presten un impermeable ya que de otro modo quedarías empapado.
Después de las cataratas nos fuimos a Chicago y ahí estuvimos un día completo y de ahí emprendimos el regreso a Monterrey.
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