AL DIOS QUE DA LA VIDA, A MARCOS Y A LOS AQUI REUNIDOS!
Marcos, delante de nosotros
apremias tu paso para mostrar el camino
asumes el dolor que te transforma
en antorcha de triunfo y destino
Dios nos presta la vida, dijiste
y adelanta su amor para que lo ame
si hay debilidad, estan sus meritos
como fruto de su amor, el cielo es mio
Y en vocacion de entrega silenciosa
fuiste hijo, hermano, esposo, padre cariñoso,
compañero fiel, franciscano, amigo
Tu paso sencillo y tu prudencia
sublimo en extraordinario lo ordinario
ministro de amor y de esperanza
agradecemos Marcos tu legado
A Dios gracias por tu vida
en Dios la tristeza y el gozo
de la ausencia-presecia
a todos los aquí reunidos
Tuly, Tuly chica, Beto, Veto, Ruben,
Angela, Karla, Familia Quintanilla
y Familia Treviño, nos hermanamos
en un profundo abrazo
de agradecimiento y cariño.
Cristina Gonzalez de Treviño
Junio 18, 2006
El abuelo Marcos
domingo, 12 de septiembre de 2010
GRACIAS PAPA!
Agradecimiento leido en una de las misas de mi Papá a todas las personas que estuvieron con nosotros y nos acompañaron con un cariño incondicional!
GRACIAS PAPA!
Gracias Papi por ser el mejor padre, por siempre recordarnos a cada una lo especial que somos y por querernos por igual.
Gracias por ser ejemplo de valentia y fortaleza.
Gracias por ser un gran compañero y amigo. Por saber escucharnos y aconsejarnos siempre, por compartir con nosotros tus anécdotas, tus travesuras de niño, tus aventuras de campamento...
Gracias por apoyar y querer a nuestros esposos y amigos incondicionalmente.
Por enseñarnos que hasta el último momento se puede conseguir lo que uno quiere: ¡Lograste que te ordenaran Franciscano!
Siempre paciente, siempre sonriendo, siempre bromeando, siempre pensando en los demás...
Hasta en los últimos momentos tu mirada era de calma y optimismo.
¡Te queremos mucho y sabemos que estarás con nosotros siempre!
A todos ustedes:
Estamos muy agradecidas por todas las muestras de cariño y apoyo que hemos recibido en los últimos días. Mi Papá debe de estar muy contento pues sabemos que estamos cosechando todo lo que el sembró durante su vida.
Estos momentos son menos difíciles gracias a que han estado con nosotros apoyándonos. Hasta ahora mi Papá sigue cuidándonos y envíandonos su cariño a través de todos ustedes. Gracias por quererlo y acompañarlo siempre.
Un gran deseo que Papá tenía era que sus nietos pudieran conocer quien era su abuelo Marcos. De hecho encontramos un documento que el ya preparó para ellos con la historia y fotos de su vida. Para poder completar este deseo necesitamos que nos ayuden compartiendo por escrito anécdotas, recuerdos e historias que tengan de él. Nos gustaría documentar todas esas memorias y poder compartirlas con los futuros nietos de nuestro Papá.
Muchísimas gracias de nuevo por todo su cariño y apoyo.
¡Los queremos mucho!
Tuly, Vero, Angie y Karlis
GRACIAS PAPA!
Gracias Papi por ser el mejor padre, por siempre recordarnos a cada una lo especial que somos y por querernos por igual.
Gracias por ser ejemplo de valentia y fortaleza.
Gracias por ser un gran compañero y amigo. Por saber escucharnos y aconsejarnos siempre, por compartir con nosotros tus anécdotas, tus travesuras de niño, tus aventuras de campamento...
Gracias por apoyar y querer a nuestros esposos y amigos incondicionalmente.
Por enseñarnos que hasta el último momento se puede conseguir lo que uno quiere: ¡Lograste que te ordenaran Franciscano!
Siempre paciente, siempre sonriendo, siempre bromeando, siempre pensando en los demás...
Hasta en los últimos momentos tu mirada era de calma y optimismo.
¡Te queremos mucho y sabemos que estarás con nosotros siempre!
A todos ustedes:
Estamos muy agradecidas por todas las muestras de cariño y apoyo que hemos recibido en los últimos días. Mi Papá debe de estar muy contento pues sabemos que estamos cosechando todo lo que el sembró durante su vida.
Estos momentos son menos difíciles gracias a que han estado con nosotros apoyándonos. Hasta ahora mi Papá sigue cuidándonos y envíandonos su cariño a través de todos ustedes. Gracias por quererlo y acompañarlo siempre.
Un gran deseo que Papá tenía era que sus nietos pudieran conocer quien era su abuelo Marcos. De hecho encontramos un documento que el ya preparó para ellos con la historia y fotos de su vida. Para poder completar este deseo necesitamos que nos ayuden compartiendo por escrito anécdotas, recuerdos e historias que tengan de él. Nos gustaría documentar todas esas memorias y poder compartirlas con los futuros nietos de nuestro Papá.
Muchísimas gracias de nuevo por todo su cariño y apoyo.
¡Los queremos mucho!
Tuly, Vero, Angie y Karlis
lunes, 21 de junio de 2010
Asi era Marcos, por Juan Manuel Quintanilla del Campo
Esta anecdota nos la compartio su Hermano mas chico, Juan Manuel, a 3 años de su partida:
Así era Marcos
No recuerdo la fecha, yo tendría entre 6 y 8 años de edad. Allá por los primeros años de la década de los 60´s. Vivíamos en la vieja casa de Venustiano Carranza, y me hice amigo del vecino de al lado, que sólo recuerdo se llamaba Beto. En la esquina de la casa había una Farmacia Regina (después Farmacia Benavides), y en el mostrador junto a la caja exhibían para la venta lo de siempre, chocolates, chicles, caramelos, y algunos pequeños juguetes, entre ellos unos caballitos de plástico que me gustaban mucho, ideales para jugar a “Indios y Vaqueros”.
Beto era un poco mayor que yo, y me enseñó lo fácil que era tomar esos caballitos sin que la cajera se diera cuenta; y a ese razonable precio fui formando mi colección, animado por ese sentimiento equivocado de que “mientras no te pesquen” no pasa nada.
Días después por algún motivo me preguntó Marcos sobre el origen de esos caballitos, y yo, de presumido, le platiqué muy orgulloso de mi hazaña de conseguirlos en forma gratuita. Tal vez pensé (no me acuerdo porque hace muchos años de esto) que me iba a felicitar o a preguntarme cómo exactamente lo hacía. Pero, ¿qué creen?, por supuesto mi hermano Marcos, que era un adolescente de aproximadamente 15 años, desaprobó rotundamente mi actuar, y me dio dos opciones: 1) devolver a la farmacia los juguetes robados, o 2) le diría a mis papás. Ya se imaginarán que elegí la primera opción, ya que por más penoso que fuera, era mejor que enfrentar a mis papás, y me estaba “cayendo el veinte” de que lo que había hecho no era ninguna gracia.
Para cumplir con su propósito, Marcos me acompañó hasta la puerta de la farmacia, vigilando que cumpliera con el compromiso. Le devolví los caballitos a la cajera, que se sorprendió como si fuera más normal ser “tranza” o “ratero” que ser honesto. Regresamos y Marcos cumplió su promesa de no contar lo acontecido a mis papás.
Ésta fue una experiencia que marcó mi vida y que siempre le he agradecido a Marcos. Muchos años después, sin saber que Marcos moriría un año después, decidí darle las gracias a Marcos por haberme abierto los ojos ante lo que parecía una travesura, y que en realidad era un acto delictivo, un pecado, y una ofensa a Dios. No sé qué hubiera pasado si Marcos no se da cuenta de esto y si no hubiera hecho lo que hizo. Lo que sí sé es que influyó en mí para toda la vida.
Cuando le di las gracias, se extrañó mucho, diciendo que no se acordaba, yo creo más bien que asumió que hizo lo que debía hacer, lo cual le agradezco infinitamente.
Sirva este escrito como un reconocimiento a mi hermano Marcos, y como un ejemplo de cómo podemos impactar las vidas de los demás, “haciendo lo que es correcto”, aunque otros no lo hagan, y aunque no se den cuenta.
No es fácil hoy en día ir “en contra de la corriente”, y Marcos tenía un gran valor, y una firme convicción, dignas de reconocer, admirar e imitar.
Juan Manuel Quintanilla del Campo
Así era Marcos
No recuerdo la fecha, yo tendría entre 6 y 8 años de edad. Allá por los primeros años de la década de los 60´s. Vivíamos en la vieja casa de Venustiano Carranza, y me hice amigo del vecino de al lado, que sólo recuerdo se llamaba Beto. En la esquina de la casa había una Farmacia Regina (después Farmacia Benavides), y en el mostrador junto a la caja exhibían para la venta lo de siempre, chocolates, chicles, caramelos, y algunos pequeños juguetes, entre ellos unos caballitos de plástico que me gustaban mucho, ideales para jugar a “Indios y Vaqueros”.
Beto era un poco mayor que yo, y me enseñó lo fácil que era tomar esos caballitos sin que la cajera se diera cuenta; y a ese razonable precio fui formando mi colección, animado por ese sentimiento equivocado de que “mientras no te pesquen” no pasa nada.
Días después por algún motivo me preguntó Marcos sobre el origen de esos caballitos, y yo, de presumido, le platiqué muy orgulloso de mi hazaña de conseguirlos en forma gratuita. Tal vez pensé (no me acuerdo porque hace muchos años de esto) que me iba a felicitar o a preguntarme cómo exactamente lo hacía. Pero, ¿qué creen?, por supuesto mi hermano Marcos, que era un adolescente de aproximadamente 15 años, desaprobó rotundamente mi actuar, y me dio dos opciones: 1) devolver a la farmacia los juguetes robados, o 2) le diría a mis papás. Ya se imaginarán que elegí la primera opción, ya que por más penoso que fuera, era mejor que enfrentar a mis papás, y me estaba “cayendo el veinte” de que lo que había hecho no era ninguna gracia.
Para cumplir con su propósito, Marcos me acompañó hasta la puerta de la farmacia, vigilando que cumpliera con el compromiso. Le devolví los caballitos a la cajera, que se sorprendió como si fuera más normal ser “tranza” o “ratero” que ser honesto. Regresamos y Marcos cumplió su promesa de no contar lo acontecido a mis papás.
Ésta fue una experiencia que marcó mi vida y que siempre le he agradecido a Marcos. Muchos años después, sin saber que Marcos moriría un año después, decidí darle las gracias a Marcos por haberme abierto los ojos ante lo que parecía una travesura, y que en realidad era un acto delictivo, un pecado, y una ofensa a Dios. No sé qué hubiera pasado si Marcos no se da cuenta de esto y si no hubiera hecho lo que hizo. Lo que sí sé es que influyó en mí para toda la vida.
Cuando le di las gracias, se extrañó mucho, diciendo que no se acordaba, yo creo más bien que asumió que hizo lo que debía hacer, lo cual le agradezco infinitamente.
Sirva este escrito como un reconocimiento a mi hermano Marcos, y como un ejemplo de cómo podemos impactar las vidas de los demás, “haciendo lo que es correcto”, aunque otros no lo hagan, y aunque no se den cuenta.
No es fácil hoy en día ir “en contra de la corriente”, y Marcos tenía un gran valor, y una firme convicción, dignas de reconocer, admirar e imitar.
Juan Manuel Quintanilla del Campo
viernes, 18 de junio de 2010
Algunas cosas que quedaron inconclusas de contar:
MI experiencia “en vivo” en ver cómo el hombre llegaba por primera vez a la luna:
La respuesta de mi Padre cuándo le pregunté que adelanto histórico le había impactado más:
El fallecimiento, el 16 de Dic. De 1969 a la edad de 97 años, de mi Abuelita Merceditas:
Mi primera compra de una motocicleta:
MI primer carro:
Mi primera compra de un terreno:
Mi segundo carro:
Mi mudanza a Tampico, Tamps.:
Mis logros y experiencias en mi trabajo:
Mi boda y luna de miel:
Mi tercer carro:
Mi regreso a Monterrey:
Mis logros y experiencias en mi trabajo:
Cuando acepté una oferta de trabajo aparentemente mejor que la que tenía:
Cuando regresé a mi trabajo anterior:
Mis logros en mi trabajo:
El fallecimiento de mi Padrino Marcos el 4 de mayo de 1984:
La construcción de mi primera casa:

Casa de Mirasierra
El fallecimiento de mi Madrina Rebequita el 27 de Abril de 1988:
Cuando opté por trabajar en forma independiente:
Mis logros como trabajador independiente:
Los 50 años de casados de mis Padres:
Mi primer viaje a Europa:
El fallecimiento de mi Madre el 17 de Febrero de 1995 a la edad de 73 años:
Un tributo a mi Madre:
La construcción de mi segunda casa y los comentarios de mi Padre:
La bendición de mi segunda casa y los comentarios de mi Padre:
El fallecimiento de mi Padre el 4 de Julio de 2001 a la edad de 86 años:
Un tributo a mi Padre:
Los consejos y enseñanzas de mi padre:
La primera boda de una de mis hijas, Angela:
La petición de mano:
Las Naciones Unidas en mi casa:
La segunda boda de otra de mis hijas, Tuly:
La petición de mano:
MI primer viaje a Chiapas:
La segunda visita a Chiapas:

Tuly y Beto con su casa de fondo
La tercera boda de otra de mis hijas, Verónica:
La petición de mano:
Mi primer viaje a Vancouver:

Con Angela en Vancouver
Mis pasatiempos actuales:
Mis planes a corto, mediano y largo plazo:
MI experiencia “en vivo” en ver cómo el hombre llegaba por primera vez a la luna:
La respuesta de mi Padre cuándo le pregunté que adelanto histórico le había impactado más:
El fallecimiento, el 16 de Dic. De 1969 a la edad de 97 años, de mi Abuelita Merceditas:
Mi primera compra de una motocicleta:
MI primer carro:
Mi primera compra de un terreno:
Mi segundo carro:
Mi mudanza a Tampico, Tamps.:
Mis logros y experiencias en mi trabajo:
Mi boda y luna de miel:
Mi tercer carro:
Mi regreso a Monterrey:
Mis logros y experiencias en mi trabajo:
Cuando acepté una oferta de trabajo aparentemente mejor que la que tenía:
Cuando regresé a mi trabajo anterior:
Mis logros en mi trabajo:
El fallecimiento de mi Padrino Marcos el 4 de mayo de 1984:
La construcción de mi primera casa:

Casa de Mirasierra
El fallecimiento de mi Madrina Rebequita el 27 de Abril de 1988:
Cuando opté por trabajar en forma independiente:
Mis logros como trabajador independiente:
Los 50 años de casados de mis Padres:
Mi primer viaje a Europa:
El fallecimiento de mi Madre el 17 de Febrero de 1995 a la edad de 73 años:
Un tributo a mi Madre:
La construcción de mi segunda casa y los comentarios de mi Padre:
La bendición de mi segunda casa y los comentarios de mi Padre:
El fallecimiento de mi Padre el 4 de Julio de 2001 a la edad de 86 años:
Un tributo a mi Padre:
Los consejos y enseñanzas de mi padre:
La primera boda de una de mis hijas, Angela:
La petición de mano:
Las Naciones Unidas en mi casa:
La segunda boda de otra de mis hijas, Tuly:
La petición de mano:
MI primer viaje a Chiapas:
La segunda visita a Chiapas:
Tuly y Beto con su casa de fondo
La tercera boda de otra de mis hijas, Verónica:
La petición de mano:
Mi primer viaje a Vancouver:

Con Angela en Vancouver
Mis pasatiempos actuales:
Mis planes a corto, mediano y largo plazo:
Mi hija Karla:
Mi hija Karla, nacida el 13 de Julio de 1984 en Monterrey, soltera y estudiando Lic. en Ciencias de la Comunicación en el Tec de Monterrey.
Detalles del nacimiento de Karla, mi cuarta hija:
Ya con el período de gestación de este cuarto embarazo, pudimos saber el sexo del bebe antes del nacimiento ya que ya había aparatos que así lo podían detectar.
El período de gestación transcurrió en forma normal y sin ningún contratiempo y, al igual que el parto anterior, me decidí a entrar a la sala de partos, y ya con la experiencia anterior me sentía “todo un experto”; sin embargo, a la hora del parto me sentí muy mareado y sentía que me iba a desmayar y miré de reojo a mi espalda para ver que tan lejos estaba la pared para apoyarme, pero estaba un poco lejos y entonces “murmuré” en palabras inteligibles que ya me iba a salir de la sala de partos, y cuando ya estaba en camino de la sala de espera, mi cuñada Cristina me preguntó: “que te pasa Marcos, porqué estás tan pálido” y entonces me di cuenta que casi me desmayaba y que tenía toda la sangre en los tobillos.
En ese entonces estábamos construyendo una casa nueva en la Col. Mirasierra y habíamos pospuesto la desición de hacer una estancia familiar o una recámara adicional en caso de que el nuevo bebé fuera hombre, así que Tuly le habló a la Arquitecta para decirle que no era recámara sino estancia familiar el cuarto que estaba pendiente de decidir su uso.
Como el embarazo anterior de nuestra hija Angela había resultado un poco problemático, y este embarazo resulto súper tranquilo, dentro de la normalidad, sin querer, “programé” a Karla al decirle en repetidas ocasiones frases como:
“Bienvenida a nuestra Familia.”
“Has venido para ser la alegría de nuestro hogar y vínculo de unión con tus hermanas.”
“Estás llamada para hacer grandes cosas en la vida. “
Mi hija Karla, nacida el 13 de Julio de 1984 en Monterrey, soltera y estudiando Lic. en Ciencias de la Comunicación en el Tec de Monterrey.
Detalles del nacimiento de Karla, mi cuarta hija:
Ya con el período de gestación de este cuarto embarazo, pudimos saber el sexo del bebe antes del nacimiento ya que ya había aparatos que así lo podían detectar.
El período de gestación transcurrió en forma normal y sin ningún contratiempo y, al igual que el parto anterior, me decidí a entrar a la sala de partos, y ya con la experiencia anterior me sentía “todo un experto”; sin embargo, a la hora del parto me sentí muy mareado y sentía que me iba a desmayar y miré de reojo a mi espalda para ver que tan lejos estaba la pared para apoyarme, pero estaba un poco lejos y entonces “murmuré” en palabras inteligibles que ya me iba a salir de la sala de partos, y cuando ya estaba en camino de la sala de espera, mi cuñada Cristina me preguntó: “que te pasa Marcos, porqué estás tan pálido” y entonces me di cuenta que casi me desmayaba y que tenía toda la sangre en los tobillos.
En ese entonces estábamos construyendo una casa nueva en la Col. Mirasierra y habíamos pospuesto la desición de hacer una estancia familiar o una recámara adicional en caso de que el nuevo bebé fuera hombre, así que Tuly le habló a la Arquitecta para decirle que no era recámara sino estancia familiar el cuarto que estaba pendiente de decidir su uso.
Como el embarazo anterior de nuestra hija Angela había resultado un poco problemático, y este embarazo resulto súper tranquilo, dentro de la normalidad, sin querer, “programé” a Karla al decirle en repetidas ocasiones frases como:
“Bienvenida a nuestra Familia.”
“Has venido para ser la alegría de nuestro hogar y vínculo de unión con tus hermanas.”
“Estás llamada para hacer grandes cosas en la vida. “
Mi hija Angela:
Mi hija Angela, nacida el 4 de Agosto de 1980, estudió Lic. En Relaciones Internacionales en el Tec de Monterrey trabaja actualmente en una Escuela de Idioma Inglés en Vancouver y vive en Vancouver, Canadá.
Detalles del nacimiento de Angela, mi tercera hija:
Angela, nació casi 5 años después de Verónica porque no estábamos seguros de si quedarnos con 2 o con 4 ya que así estaba en nuestros planes desde que ramos novios, nunca pensamos en 1. 3 o 5.
Cuando por fin nos decidimos, seguimos el procedimiento normal de las visitas mensuales al ginecólogo hasta que en el mes 8 del embarazo, un viernes para ser exacto, nos alarmó el doctor diciendo que escuchaba muy débil el corazón del bebe (que tampoco sabíamos su sexo) y pasamos un fin de semana haciendo toda clase de conjeturas por lo que finalmente supimos que se conoce como “sufrimiento fetal” por lo que nos pusimos en oración y nos encomendamos a Dios rogando que el bebé no sufriera daño alguno.
Finalmente, el lunes siguiente se programó el parto y en esta ocasión fue cesárea por ser antes de termino y no ocasionar daño al bebe y como yo anteriormente había decidido entrar a la sala de partos, el ginecólogo hasta pocos momentos antes de la hora del parto me dio permiso de entrar, y tuve que ponerme bata, pantalones y zapatos de tela y tapabocas y asearme y desinfectarme junto con los doctores y enfermeras que iban a atender el parto, de tal manera que cuando entré a la sala de partos, las enfermeras se preguntaban que quien era ese “doctor” de barba, ya que en esa época me deje por un par de años la barba completa.
Fue una experiencia indescriptible el ver el nacimiento de tu propia hija y ver como va cambiando de color a medida que va comenzando a respirar y llenar de aire sus pulmoncitos y la recibe el pediatra mientras el ginecólogo atiende a la Mamá.
Ya una vez en el cuarto, con mucho más experiencia, no batallé nada para cargar a Angela y como el nivel de hemoglobina de Tuly estaba un poco bajo, se tuvo que quedar más días en el Hospital Conchita.
Para esto, en plena estancia en el hospital, entró a Monterrey el Ciclón Allen que traía poco agua pero mucho viento y como el ojo del ciclón entró directamente a Monterrey, pudimos sentir el viento primeramente en una dirección, luego la calma al entrar el ojo del ciclón y luego finalmente el viento en otra dirección.
El Hospital Conchita tenía una planta de luz de emergencia por lo que no tuvimos problemas; sin embargo, en varios sectores de la ciudad, no había energía eléctrica, entre ellos en nuestra casa, por lo que los primeros días que llegamos a casa después de la maternidad, nos la pasamos con velas y con lámparas de mano.
Mi hija Angela, nacida el 4 de Agosto de 1980, estudió Lic. En Relaciones Internacionales en el Tec de Monterrey trabaja actualmente en una Escuela de Idioma Inglés en Vancouver y vive en Vancouver, Canadá.
Detalles del nacimiento de Angela, mi tercera hija:
Angela, nació casi 5 años después de Verónica porque no estábamos seguros de si quedarnos con 2 o con 4 ya que así estaba en nuestros planes desde que ramos novios, nunca pensamos en 1. 3 o 5.
Cuando por fin nos decidimos, seguimos el procedimiento normal de las visitas mensuales al ginecólogo hasta que en el mes 8 del embarazo, un viernes para ser exacto, nos alarmó el doctor diciendo que escuchaba muy débil el corazón del bebe (que tampoco sabíamos su sexo) y pasamos un fin de semana haciendo toda clase de conjeturas por lo que finalmente supimos que se conoce como “sufrimiento fetal” por lo que nos pusimos en oración y nos encomendamos a Dios rogando que el bebé no sufriera daño alguno.
Finalmente, el lunes siguiente se programó el parto y en esta ocasión fue cesárea por ser antes de termino y no ocasionar daño al bebe y como yo anteriormente había decidido entrar a la sala de partos, el ginecólogo hasta pocos momentos antes de la hora del parto me dio permiso de entrar, y tuve que ponerme bata, pantalones y zapatos de tela y tapabocas y asearme y desinfectarme junto con los doctores y enfermeras que iban a atender el parto, de tal manera que cuando entré a la sala de partos, las enfermeras se preguntaban que quien era ese “doctor” de barba, ya que en esa época me deje por un par de años la barba completa.
Fue una experiencia indescriptible el ver el nacimiento de tu propia hija y ver como va cambiando de color a medida que va comenzando a respirar y llenar de aire sus pulmoncitos y la recibe el pediatra mientras el ginecólogo atiende a la Mamá.
Ya una vez en el cuarto, con mucho más experiencia, no batallé nada para cargar a Angela y como el nivel de hemoglobina de Tuly estaba un poco bajo, se tuvo que quedar más días en el Hospital Conchita.
Para esto, en plena estancia en el hospital, entró a Monterrey el Ciclón Allen que traía poco agua pero mucho viento y como el ojo del ciclón entró directamente a Monterrey, pudimos sentir el viento primeramente en una dirección, luego la calma al entrar el ojo del ciclón y luego finalmente el viento en otra dirección.
El Hospital Conchita tenía una planta de luz de emergencia por lo que no tuvimos problemas; sin embargo, en varios sectores de la ciudad, no había energía eléctrica, entre ellos en nuestra casa, por lo que los primeros días que llegamos a casa después de la maternidad, nos la pasamos con velas y con lámparas de mano.
Mi hija Vero:
Mi hija Verónica, nacida el 30 de Julio de 1975 en Monterrey, estudió Lic. En Diseño Gráfico en la UDEM, trabaja actualmente en una Agencia de Head Hunters como Asociada y está casada desde el 2004 con el Ing. Rubén García Villarreal quien se dedica a la implementación de programas de software, y viven en Monterrey.
Detalles del nacimiento de Verónica, mi segunda hija:
Cuando nació mi hija Verónica ya vivíamos en Monterrey y recién estaba inaugurado el Hospital San José y en pleno verano, todavía no funcionaba el aire acondicionado, por lo que el calor estaba a la orden del día.
Desde que el Ginecólogo anunció que la fecha probable del parto sería a principios de agosto, yo siempre le dije en broma que sería el 30 de Julio, y así en cada visita mensual era la misma historia, hasta que en la última visita antes del parto, el Ginecólogo me dijo que su pronóstico de fecha de nacimiento era correcto: principios de agosto.
En aquel entonces yo trabajaba en una empresa agropecuaria, y cuando iba de visita al rancho, normalmente me quedaba todo el día y ahí me quedaba a comer, así que ese día, antes de salir, le dije a Tuly: me voy al rancho todo el día o me quedo en casa para llevarte al hospital, a lo que me respondió muy convencida que el Ginecólogo le había dicho que el parto iba a ser a principios de agosto y que me podía ir sin cuidado ni pendiente al rancho.
De camino al rancho que se encontraba en Escobedo, N. L. al estar en un crucero esperando mi luz verde para avanzar, al carro que estaba atrás del mío le dieron un pequeño golpe que también alcanzó al mío, por lo que mientras llegó tránsito y los ajustadores de las compañías de seguros y llevé el carro a la agencia para que lo repararon, llegó mediodía así que me regresé a la casa y al llegar le dije a Tuly: vengo por ti para llevarte a la maternidad, a lo que me respondió: que bueno que llegaste porque sí quiero que me lleves al hospital.
El nacimiento fue a media tarde y hasta después del nacimiento, me preguntó que porqué había regresado temprano del rancho, y ahí fue donde le conté del pequeño choque que había tenido.
En esta ocasión, cuando me llevaron a mi hija Verónica para que la conociera, ya me consideraba un experto en cargar bebes y no tuve ningún problema para cargarla.
Por supuesto que, como el nacimiento anterior, no conocimos el sexo del bebé hasta que nació.
Mi hija Verónica, nacida el 30 de Julio de 1975 en Monterrey, estudió Lic. En Diseño Gráfico en la UDEM, trabaja actualmente en una Agencia de Head Hunters como Asociada y está casada desde el 2004 con el Ing. Rubén García Villarreal quien se dedica a la implementación de programas de software, y viven en Monterrey.
Detalles del nacimiento de Verónica, mi segunda hija:
Cuando nació mi hija Verónica ya vivíamos en Monterrey y recién estaba inaugurado el Hospital San José y en pleno verano, todavía no funcionaba el aire acondicionado, por lo que el calor estaba a la orden del día.
Desde que el Ginecólogo anunció que la fecha probable del parto sería a principios de agosto, yo siempre le dije en broma que sería el 30 de Julio, y así en cada visita mensual era la misma historia, hasta que en la última visita antes del parto, el Ginecólogo me dijo que su pronóstico de fecha de nacimiento era correcto: principios de agosto.
En aquel entonces yo trabajaba en una empresa agropecuaria, y cuando iba de visita al rancho, normalmente me quedaba todo el día y ahí me quedaba a comer, así que ese día, antes de salir, le dije a Tuly: me voy al rancho todo el día o me quedo en casa para llevarte al hospital, a lo que me respondió muy convencida que el Ginecólogo le había dicho que el parto iba a ser a principios de agosto y que me podía ir sin cuidado ni pendiente al rancho.
De camino al rancho que se encontraba en Escobedo, N. L. al estar en un crucero esperando mi luz verde para avanzar, al carro que estaba atrás del mío le dieron un pequeño golpe que también alcanzó al mío, por lo que mientras llegó tránsito y los ajustadores de las compañías de seguros y llevé el carro a la agencia para que lo repararon, llegó mediodía así que me regresé a la casa y al llegar le dije a Tuly: vengo por ti para llevarte a la maternidad, a lo que me respondió: que bueno que llegaste porque sí quiero que me lleves al hospital.
El nacimiento fue a media tarde y hasta después del nacimiento, me preguntó que porqué había regresado temprano del rancho, y ahí fue donde le conté del pequeño choque que había tenido.
En esta ocasión, cuando me llevaron a mi hija Verónica para que la conociera, ya me consideraba un experto en cargar bebes y no tuve ningún problema para cargarla.
Por supuesto que, como el nacimiento anterior, no conocimos el sexo del bebé hasta que nació.
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